top of page
![](https://static.wixstatic.com/media/fb4e45_d920b234053a468aaaea14063f8d28e3~mv2_d_4320_3240_s_4_2.jpg/v1/fill/w_140,h_105,al_c,q_80,usm_0.66_1.00_0.01,blur_2,enc_auto/fb4e45_d920b234053a468aaaea14063f8d28e3~mv2_d_4320_3240_s_4_2.jpg)
V
![](https://static.wixstatic.com/media/fb4e45_56eb066f1fb3490ba8aa80dfe8ad21a4~mv2_d_4320_3240_s_4_2.jpg/v1/fill/w_147,h_110,al_c,q_80,usm_0.66_1.00_0.01,blur_2,enc_auto/fb4e45_56eb066f1fb3490ba8aa80dfe8ad21a4~mv2_d_4320_3240_s_4_2.jpg)
1/4
Me gustan los tiempos
sucesores de la lluvia
y esos charcos herederos
de un cielo derramado.
Las hojas pálidas
de amarilla transparencia
y el aire plácido
en las siestas de mi patio.
Los hierros oxidados
de las tétricas rejillas
y nuestros ríos pequeños
escurriéndose en silencio.
Me gustan las paredes
cuando se descascaran y envejecen
porque nos cuentan su historia
de ladrillos, cal y colores.
Me gusta, en fin, esta, nuestra casa
cuando el agua la descubre
como la más limpia, pura y fresca
de las caras.
bottom of page