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El nene y la nena (selección de textos ), en Microrrelatos, Viví Libros.

Buenos Aires, agosto 2021.  

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El nene y la nena

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Microrrelato1

Siempre fuimos “el nene” y “la nena”. Ya en edad escolar, cuando volvíamos de la escuela y nuestros padres aún no habían llegado de sus trabajos, hacíamos una pasadita por la panadería de Doña Delia y la Pocha.  Ellas vendían las tortitas negras más ricas que nosotros pudiéramos conocer. Entonces mi hermano, dos años mayor que yo y seguramente más hambriento, se comía hasta la última. En venganza yo le demostraba mi enojo saltando sobre su cama con los zapatos de la escuela todavía en los pies. Mucho grito habrá habido porque los queridos Doña Julia y Don Carlos nos gritaban desde el otro lado del tapial: “¡Héctor! ¡Alicia!”, “¡Basta chicos!”.Y al instante Catita, la lora de Don Carlos, repetía a viva voz “¡Héctor! ¡Alicia!”. Era momento de callarse y hacer las paces.

 

Microrrelato 2.

“El nene” y “la nena” debiéramos haber tenido juegos distintos y tal vez los teníamos, pero había algunos que nos mantenían unidos. Juntábamos docenas de botellitas de inyecciones que le pedíamos al enfermero del barrio y, bien lavadas, las llenábamos con agua coloreada con las minas de los lápices más viejos. Organizadas como en una farmacia nos extasiábamos ante la fila de botellitas antes transparentes, ahora de colores, cerradas con unos tapones rojos o grises de goma dura. Y cuando todo, absolutamente todo estaba dispuesto, tanto en nuestra imaginación como en la voluntad de arrancar con el juego, sobrevenía la catástrofe: “No juego más”- decía mi hermano. Era para mí la demolición del mundo, el ocaso planetario, el acabose ferozmente corporizado. Un río de hielo me corría entonces por dentro y aunque la tristeza volvía naves huérfanas a las botellitas de colores, yo era, sin dudas, la nave mayor.

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